El sistema visual (que es parte del cerebro) es complejo y muy completo, todo está previsto. El cerebro intenta tener el mejor rendimiento posible, cuando algo no funciona, lo desecha. Si le sirve lo repite hasta automatizarlo y lo mantiene hasta que decidamos cambiarlo de forma consciente.

    El sistema visual está formado por:

    Una parte motora dirigida por músculos (en terapia, a los chavales yo les digo que son las gomas que mueven los ojos). Nos permiten mover los ojos hacia el objeto sobre el que queremos poner nuestra atención. Se espera que los músculos de ambos ojos sean iguales, funcionen con la misma tensión y potencia y consigan acceder a la información que desean.

    Cuando los oftalmólogos operan de estrabismo, lo hacen con el objetivo de enderezar los ojos, de colocarlos. Es un tratamiento muy rápido, mejoran la estética. Sin embargo, este tratamiento está incompleto. Si no se trabaja la parte sensorial, ese sistema visual se sigue comportando como estrábico.

    La otra parte es sensorial (yo digo de cableado) que va desde la retina al cerebro. Es la señal eléctrica que nos permite recoger la información, procesarla, ver y actuar en consecuencia. Es un proceso complejo.

    Ambas partes tienen que colaborar, compenetrarse.

    Los optometristas que trabajamos para rehabilitar estrabismo, lo hacemos sobre la parte motora y sensorial. El objetivo es mejorar la eficiencia del sistema visual. Reducir el ángulo de desviación al máximo e ir construyendo esas habilidades visuales que están deterioradas. Esas que nos conectan al mundo y nos permite movernos, trabajar y relacionarnos con mayor precisión y confort.

    Esto lleva tiempo, hay que enseñar al cerebro a ver de otra forma y, por ende, comportarse de otra forma. No es magia, es trabajo y ciencia.
    Ahora tu decides…