Nunca había llevado a mis hijos a hacer una revisión visual. Una mañana les llevé a una Óptica y lo que allí me dijeron fue que Juan Carlos veía bien.

    Isabel veía bien pero tenía un defecto de enfoque. Pregunté si era limitante para su desarrollo y allí me informaron de que era conveniente corregirlo aunque ellos no tenían esa especialidad. En otra Óptica me dieron el contacto de Amplía tu Visión y la Optometrista que lo dirige, Marival.

    Hablamos por teléfono y quedamos en vernos un día. La primera impresión fue buena, transmitía profesionalidad. Decidí que le hiciese un examen visual. Cuando me entregó el informe y me habló de los hallazgos lo hizo con claridad, algo que me gustó mucho.

    Comenzamos el tratamiento, en todo momento me transmitió mucha profesionalidad, charlaba y mostraba interés por atajar las dificultades de Isabel, cosa que yo valoro muchísimo.

    No hay mayor alegría para un padre poder curar a un hijo de algo que podía suponer un obstáculo para su futuro y desarrollo.

    Marival siempre dice que es su trabajo y cobra por ello, sin embargo, su interés y sinceridad son un valor añadido.

    Cuando alguien cura algo de otra persona y le permite vivir mejor o simplemente vivir sin ese mal, la satisfacción y el agradecimiento son eternos.

    En este caso yo lo siento así.

    Estoy muy contento de haber vivido esta época de la historia y de mi vida y haber conocido y sentido ese cariño.

    Gracias Marival