Empezar un caso nuevo es fascinante a nivel profesional.

    1. Recabar información: qué dificultades hay, cuánto le interfieren y limitan y por dónde empezar.
    2. Cómo está a nivel emocional: la torpeza, inseguridad, lentitud, fracaso escolar…pueden tener un origen visual.
    3. Comunicarte con una persona.
    4. Comunicarte con unos padres.
    5. Conseguir que se entiendan los objetivos y la forma de trabajar. Esto no es gimnasia de ojos.
    6. Tiempo penando esa situación, grado de ansiedad.
    7. Cómo les afecta el entorno: colegio, padres, familia…
    8. Estrés diario

    La lista puede ser interminable.

    En Amplía tu Visión dejamos claro que no hacemos magia. El resultado de la terapia es trabajo, motivación, tiempo, confianza y sobre todo querer cambiar. Esto parece evidente pero no siempre es así.

    Hace unos días tuve que hacer frente a una situación siempre desagradable. Carlos de 11 años llevaba en terapia desde septiembre de 2021. Llegó con dificultades de aprendizaje. Con esta edad todavía leía silabeando, su velocidad lectora es la esperada en un niño de 6 años.  En las pruebas iniciales que le hicimos lo que más llamaba la atención era su lentitud procesando la información y las dificultades para grabar información. Nació con un nudo verdadero de cordón umbilical. En las pruebas neurológicas realizadas no daba señales de lesión cerebral alguna.

    Carlos a diario estudiaba con su madre. Ambos se tienen un gran apego.

    Después de 6 meses habíamos hecho 16 sesiones de terapia, lo habitual hubieran sido 24 pero Carlos necesitaba vacaciones, puentes….le parecían muchas sesiones más. Él hubiera querido resolver sus dificultades en un par de meses, el tratamiento ya se le estaba haciendo largo y costoso.

    Aunque desde un principio se les dijo que a través de esta terapia se trabaja sobre la neuroplasticidad del cerebro y es imprescindible pensar, ni él ni su madre entendieron realmente el fondo del asunto.

    Primero hay que romper su forma de actuar, su modelo actual de visión que no es eficiente y luego construir uno nuevo y mejor. Para eso es imprescindible QUERER PENSAR.

    Esto fue el motivo de fracaso con Carlos. No quería pensar. Cuando intentaba pararle, guiarle y preguntarle para ver si se daba cuenta de su error y pensaba, él se frustraba y aceleraba y no mejoraba.

    Él hacía lo que le dijeras de forma mecánica, sin pensar y así no avanzaba. Lo intentamos de una forma, de otra, con más ejercicios de un área respecto de otra, con menos ejercicios para casa….pero él se iba desanimando y yo frustrando.

    Hablamos con él, hablamos con su madre, ellos lo pensaron y lo mejor fue dejar el tratamiento.