Los padres de Guillermo son profesores. Observan en él ciertas dificultades con la lectura, escritura, razonamiento y concentración y quieren saber si el origen es visual. Guillermo tiene altas capacidades. Cuando le conocíamos tenía 9 años.

    Aguanta poco tiempo leyendo, invierte letras o palabras, en ocasiones las repite u omite, a veces se pierde de sitio al leer. Cuando lee mueve todo el cuerpo, a veces se acerca mucho al texto. Necesita mucha luz para hacerlo y la tarea le adormece. En general es lento leyendo y prefiere que le lean. No lee por placer.

    A la hora de escribir lo hace de forma escueta, poco estética y se cansa fácilmente. Le cuesta manejar herramientas o tijeras.

    A nivel perceptual depende mejor oralmente que por escrito. Aunque las notas son buenas, con frecuencia él cree saber más de lo que sabe.

    Hicimos un examen completo: desarrollo motor, rendimiento y percepción visual. Todavía no tenia un buen mapa mental de su cuerpo, le faltaba equilibrio y tenía reflejos primitivos sin automatizar. Conocía la derecha e izquierda en su propio cuerpo y fallaba cuando se referenciaba a otras personas o entre objetos.

    Sus agudezas visuales eran buenas tanto en lejos como en cerca. Presentaba un error refractivo fisiológico que no era necesario compensar.

    Su capacidad de fijación buena. Era lento y cometía errores en los movimientos de saltos de ojos, En los cambios de enfoque lejos-cerca y viceversa le cuesta volver de lejos a cerca. Su sistema binocular era rígido si bien tenía muy buena visión en 3D.

    Su capacidad para visualizar era buena y su percepción visuespacial también.

    Su discriminación visual y memoria visual eran bajas.

    Su grafía muy poco estética, todavía juntaba palabras. Su capacidad para planificar tareas era muy baja.

    Su sistema visual estaba desarrollado a un nivel un año inferior a su edad biológica.

    Hay que decir que sus padres siguieron nuestras recomendaciones y trabajaban en casa con gran regularidad y conciencia, permitiendo a Guille pensar y darse cuenta de sus errores.

    Comenzamos con fototerapia y luego sesiones de terapia visual.

    Con Guille lo que más interfería era su rigidez y testarudez.

    Para ayudarnos a flexibilizar el sistema le prescribimos una gafa terapéutica de uso en cerca.

    Tras 26 sesiones de terapia le dimos el alta aunque parte de la rigidez se mantenía.

    Cuando le valoramos pasados 3 y 6 meses los hitos conseguidos se mantenían o habían mejorado.

    En palabras de su madre….

    “El trabajo realizado ha sido maravilloso y ha dado su fruto. La mejora ha sido espectacular en todos los aspectos tanto comportamentales como estructurales”.